Vol. 36, Nos. 6 y 7, Agosto-Septiembre 2004


Publicado en: jueves 30, septiembre, 2004

(1) «Sueños plurales: India en el Siglo 21» (Plural dreams: India in the 21st century), Rakesh Kapoor (pp. 637-653).

(2) «Los futuros de los colonizados» (The futures of the colonized), Ranabir Samaddar, (pp. 655-669).

Una lectura del último testamento de Rabindranath Tagore -Sabhyatar Sankat (publicado en inglés como Crisis en civilización; Crisis in Civilization)- revela que es una instancia de cómo los colonizados han mostrado en ocasiones una capacidad asombrosa para transitar de críticas realistas a la utopía, que sirve como la crítica más volátil de la situación colonial. El pensamiento utópico en el mundo colonial contrarresta la realidad del poder, inspira y se vuelve la base de la esperanza y la resistencia. Disolución y despedida -las dos fuerzas recurrentes en el ensayo de Tagore- expresan el significado del rito de soñar de los colonizados. También convierten en espiritual el peligroso acto de soñar el futuro de quienes sienten que su destino está sellado. Mientras la política del presente continua, a lo largo de todo ello y a lo largo de todo el tiempo, siguen dándose intentos paralelos para rehacer la nación en una nueva sociedad política basada en las incipientes ideas de esos tiempos de justicia y libertad. En un tiempo crítico prevalece un sentido histórico de traslapo, como prevaleció cuando Tagore escribió su último testamento, y la clave del traslapo puede encontrarse sólo en una conciencia de la política contenciosa del presente, que un cronista del futuro leerá como un acto de ver el futuro. El exceso de la historia es futuro -el exceso que desafía a la racionalidad, como la expectativa de Tagore del advenimiento del Hombre del Este que desafió las explicaciones lógicas sobre la política de su tiempo.

(3) «Visiones de desarrollo: la inevitable necesidad de alternativas» (Visions of development: the inevitable need for alternatives), Kishen Pattnayak (pp. 671-678).

Este artículo empieza mirando a las visiones radicales de desarrollo, tales como las de Gandhi y Mao, que los países en desarrollo plantearon en el Siglo Veinte. Pronto estas visiones fueron eclipsadas por la visión tecnológica del desarrollo, de la que hoy es campeón en la India el presidente Abdul Kalam. Las élites del mundo creen que sólo la tecnología del occidente desarrollado puede conducir a las naciones en desarrollo al camino del desarrollo. Pero no son capaces de reconocer los vínculos de esta trayectoria capitalista impulsada por la tecnología con la explotación colonial y la guerra. Ignoran la percepción, planteada primero por Rosa Luxembourg, de que la expansión capitalista presupone territorios no-capitalistas o pre-capitalistas que proporcionan los mercados requeridos para el crecimiento capitalista. Así, la falla más importante de la visión tecnológica capitalista es que sólo puede ser una visión para naciones seleccionadas, o para los pocos seleccionados al interior de las naciones. Para países como la India, por tanto, una visión alternativa de desarrollo es esencial. Elaborarla requerirá un acto político de valentía para desvincularse de las naciones desarrolladas y el desarrollo y refinamiento de tecnología alternativa, mucha de la cual ya existe. Educar a la inteligencia para que entienda que una buena sociedad no requiere la persecución tecnológica de prosperidad ilimitada es, sin embargo, un gran reto.

(4) «Una visión 20-20 para India: objetivos, políticas e implantación» (A 20-20 Vision for India: targets, policies and implementation), P. V. Indiresan (pp. 679-692).

Vivimos en un mundo unipolar, no sólo política y militarmente, sino también intelectualmente, con la globalización logrando el estado de dogma. Como la globalización no siempre ha ayudado a los países en desarrollo, influyentes grupos en India han abogado vigorosamente por la swadeshi, o autodependencia. Lógicamente, existe espacio para ambas: globalización para mejorar la competitividad en la comercialización, y swadeshi para maximizar el empleo a través de no-comercializables. India ha estado creciendo bien, pero no tan bien como podría, debido a una excesiva impedancia al crecimiento. La impedancia tiene tres componentes: el peso de la tradición; la resistencia a cambiar; y la fricción contra el movimiento. Como remedio se ha sugerido a la realimentación positiva en la forma de autonomía local. Como la realimentación positiva es inherentemente inestable, debería circunscribirse mediante una realimentación negativa. La realimentación integral, sobre todas las unidades locales combinadas y a lo largo del tiempo, debería minimizar el riesgo de inestabilidad. Aparte de la autonomía local, India progresará rápido sólo si se asegura seguridad para la burocracia. En particular, la transferencia frecuente, arbitraria y a menudo vengativa de oficiales se ha vuelto una amenaza temida. Los burócratas deberían estar sujetos a la regla de la ley. Los políticos se han convertido en un problema; muchos de ellos se benefician promoviendo el odio. Como remedio, cada votante podría tener tantos votos como haya candidatos, y la opción de dar cada voto de manera positiva o negativa. Así, cualquier voto de odio ganado sería nulificado por los votos negativos. El odio dejaría de ser rentable. La propuesta del presidente Kalam de cambiar las inversiones de las ciudades congestionadas a las áreas rurales vinculando mallas de poblados mediante cuatro tipos de conectividad -física, electrónica, económica y de conocimientos- promete acelerar el crecimiento de India y mejorar también el ambiente. En última instancia, de esa manera podemos soñar con un futuro en el que hasta los más pobres puedan disfrutar todas las necesidades básicas de Maslow -agua, techo, educación, servicios de salud, conectividad, buen ambiente y suficiente excedente de dinero y tiempo para disfrutar el ocio. «¿Seré feliz? ¿Seré bonita? ¿Habrá arcoíris todos los días?» -canción en la película El hombre que sabía demasiado.

(5) «La economía de India en 2040» (The Indian economy in 2040), Bibek Debroy (pp. 693-702).

Aunque entre hoy y el año 2040 podrían ocurrir muchos desarrollos tecnológicos y políticos no anticipados, este artículo trata de predecir, luego de una mirada rápida a la experiencia de lo ocurrido en las últimas cuatro décadas. Actualmente se estima que la población por debajo de la línea de pobreza en India fluctúa entre 26 y 44%, con grandes variaciones regionales. La experiencia internacional muestra que solo a través del crecimiento basado en una orientación hacia afuera y hacia la competencia se puede encontrar una solución duradera a la pobreza y el desempleo. Las fuerzas de la globalización, impulsadas hoy por el sector privado, es poco probable que se retraigan. Para el año 2040 India será parte integral de un mundo mucho más integrado, particularmente con la región sudasiática. Mientras que las reformas del sector externo han tenido lugar en India, las reformas domésticas (en agricultura, el sector rural -crédito, seguros y servicios de extensión, subsidios, reformas legales y de impuestos, e infraestructura física y social)- que pueden disipar la noción de que las reformas son pro-ricos y anti-pobres- se han retrasado. Pero los grupos de interés que se oponen a las reformas son ruidosos, mientras que los que se beneficiarían con las reformas tienden a ser dispersos y menos ruidosos. Así, es probable que en India se mantenga un estado estable y no que ocurran reformas de gran explosión. El papel del estado será centrarse en la gobernanza, incluyendo la infraestructura física y social y la ley y el orden. Durante las próximas cuatro décadas es probable que India podrá alcanzar una tasa de crecimiento real del PIB per cápita de 5.5%. Como consecuencia, medido en términos de paridad de poder de compra, India -la cuarta economía más grande hoy- superará a Japón en 2020 y a Estados Unidos en 2040.

(6) «El futuro del crecimiento económico de India: los recursos naturales y la dimensión energética» (The future of India’s economic growth: the natural resources and energy dimension), R. K. Pachauri (pp. 703-713).

Aparte de la continuación de la pobreza generalizada, el mayor peligro que enfrenta la India es la desenfrenada destrucción y degradación de todos los recursos naturales del país y una creciente dependencia, insostenible, en el uso de hidrocarburos combustibles. India está perdiendo diez por ciento de su producto interno bruto como resultados del daño y degradación de sus recursos naturales. Pero la toma de decisiones ambientales todavía no se ha fusionado con la toma de decisiones económicas dominante. En los países desarrollados, la protección ambiental siguió un camino definido por la curva ambiental de Kuznets, involucrando incrementos significativos en ingresos y niveles de contaminación hasta un punto en que la tendencia cambió. Un país en desarrollo como la India no puede seguir el mismo camino, y tendría que establecer una estructura de gobernanza y un régimen de políticas que permitiesen que el punto de retorno ocurriese a niveles de ingresos sustantivamente menores. La internalización de externalidades sociales y ambientales aseguraría que los recursos sean usados de una manera sustentable y responsable. En el tema del uso de energía, por ejemplo, se requieren políticas proactivas -tales como el énfasis en fuentes renovables y la racionalización de los subsidios- para reducir la dependencia de importaciones insostenibles y para crear las condiciones bajo las cuales los sectores de desposeídos y pobres de la sociedad sean capaces de satisfacer sus necesidades básicas de energía. Imitar ciegamente el enfoque consumista del mundo desarrollado y descuidar la huella ecológica de los estilos de vida podría probar ser desastroso para un país tan poblado como la India.

(7) «El futuro de los alimentos: contraponiéndose a la globalización y recolonización de la agricultura india» (The future of food: countering globalisation and recolonisation of Indian agriculture), Vandana Shiva (pp. 715-732).

India, con una población de más de mil millones de habitantes, ha puesto a la agricultura en el corazón de su economía y a la seguridad alimentaria en el centro de su política agrícola. Sin embargo, todas las decisiones y políticas de una India libre e independiente que reemplazaron a las políticas coloniales de alienación de la tierra y concentración de la propiedad, súper explotación del campesinado, y creación de hambrunas, están siendo deshechas a través de la globalización. Estas políticas están regresando los «zamindari» y los monopolios de tierras de los tiempos de la colonia. El sistema de distribución pública está siendo desmantelado; los agricultores están suicidándose y los informes sobre muertes por hambre se han vuelto comunes, presagiando un regreso de las hambrunas experimentadas por última vez bajo el control británico. La biodiversidad está siendo erosionada con rapidez y la comida, la fuente misma de salud y nutrición, se ha vuelto una fuente importante de riesgos a la salud causados por el uso de químicos tóxicos en las fábricas agrícolas y por nuevos alimentos y cultivos genéticamente modificados. Este artículo examina estos desarrollos en detalle y propone una agenda para crear un futuro alternativo para los alimentos y resalta las prácticas actuales que están operando a favor de esta alternativa.

(8) «Tecnologías para el pueblo: un futuro en construcción» (Technologies for the people: a future in the making), Dinesh C. Sharma (pp. 733-744).

La política post-independencia de la India de usar la ciencia y la tecnología para el desarrollo nacional, y las inversiones en infraestructura de investigación y desarrollo, lograron éxito en el campo especial, la energía atómica, el desarrollo de misiles y supercomputadoras. El uso de la tecnología especial ha tenido un impacto directo o indirecto sobre la vasta mayoría de la población de más de mil millones de habitantes de la India. Desarrollos en varias tecnologías emergentes en años recientes prometen tener impacto sobre el futuro de los indios ordinarios de maneras significativas, siempre que se proporcionen políticas apropiadas y un ambiente propicio. Nuevas tecnologías de telecomunicaciones -una central rural digital y un sistema de acceso inalámbrico- están empezando a tocar las vidas de las personas comunes. El desarrollo de un dispositivo de cómputo de mano y de bajo costo, el uso de sistemas híbridos de telemedicina para ampliar la atención a la salud moderna entre quienes hoy no cuentan con ella, y otros usos innovadores de las tecnologías de la información en las bases, también son promisorias para el futuro. La biotecnología también tiene el potencial para entregar vacunas y medicamentos costo-efectivos, pero el futuro de los cultivos genéticamente modificados es incierto debido a una creciente oposición a ellos. Algunas de estas tecnologías emergentes son prometedoras para el futuro, siempre que haya una política positiva y un ambiente que lo permita.

(9) «Futuros India: sociedad, estado nación, civilización» (Futures India: society, nation-state, civilisation), T. K. Oommen (pp. 745-755).

El futuro de un fenómeno sólo puede entenderse en términos de (a) la construcción conceptual que se hace de él, y (b) los cambios en el contenido empírico de ese fenómeno. A su vez, la realidad empírica debe ser discernida en términos de la dialéctica pasado-presente-futuro. Teniendo esto en mente, este artículo empieza con clarificaciones conceptuales de los términos sociedad, estado nación y civilización, y sitúa a la India en términos de estas nociones. Se sugiere que el futuro de la India como una sociedad y como una civilización es durable, aunque algunos cambios en su contenido serán inevitables. Pero como un estado nación, India podría cambiar radicalmente dada las contiendas sobre ella. Se han identificado cuatro orientaciones de valores en competencia sobre el estado nación indio contemporáneo -monismo cultural, pluralismo cultural, federalismo cultural y subalternismo cultural. El futuro de la India como estado nación dependerá de la legitimidad que estas orientaciones de valores logren en el futuro.

(10) «La visión de los Dalit de la India: desde bahishkrut hasta inclusive Bharat» (Dalit vision of India: from bahishkrut to inclusive Bharat), Gopal Guru (pp. 757-763).

Los dalits siguen siendo «bahishkrut’ (marginados, condenados al ostracismo, mantenidos en guetos y socialmente boicoteados) en la India moderna. Todavía están en busca de una civilización inclusiva que no los aísle en el tiempo y el espacio. Ni siquiera el proceso de globalización les promete ningunas avenidas de movilidad. El proyecto de futuro de los dalit y sus amigos y simpatizantes será cambiar los protocolos de interacción social a lo largo de líneas igualitarias y en última instancia a favor de los dalits y no dalits. La visión dalit de India es así transformar a India del bahishkrut a una India ilustrada e incluyente. En este artículo se identifican y discuten los elementos de esta visión de futuro vis-à-vis tecnología, el estado, democracia, nacionalismo, sociedad civil y sus prejuicios profundamente enraizados.

(11) «Futuro del secularismo en India» (Future of secularism in India), Asghar Ali Engineer (pp. 765-769).

La pregunta sobre el futuro del secularismo en India es muy importante, particularmente en la tesitura actual. El secularismo nunca tuvo la intención de significar ser indiferente a la religión en los líderes y luchadores por la libertad del país, quienes se daban cuenta de que India es un país muy religioso. Es por ello que hasta los hindús y musulmanes más ortodoxos lo aceptaron como una ideología viable para la India. Pero luego de la independencia, el secularismo hindú siguió un camino tortuoso y el fundamentalismo religioso ha crecido peligrosamente en las últimas décadas. Los partidos Bhartiya Janta y Sangh Parivar, en particular, es probable que intensifiquen la agenda Hindutva en el futuro. En estas circunstancias políticas, el futuro del secularismo no parece ser brillante en el corto plazo. Pero en el largo plazo la sorprendente cultura de pluralismo de la India, que data de muchos siglos atrás, progreso económico en el futuro, y la bien establecida democracia india son factores que apuntan hacia una política más estable y secular.

(12) «Tierra, conflicto, identidad en el noreste de India: negociando el futuro» (Land, conflict, identity in India’s north-east: negotiating the future), Sanjoy Hazarika (pp. 771-780).

Aún un examen periférico de los principales conflictos alrededor del mundo revela que éstos giran alrededor de un recurso natural crítico: la tierra. Ya sea en el Medio Oriente, en Irlanda, o en Jammu y Kashmir, la batalla es entre quienes creen en una frontera autorizada por una dispensa política particular y quienes creen que sus derechos étnicos y sub-nacionalistas o nacionalistas están por encima de tales barreras. El noreste de India, ese pequeño pedazo de territorio que sobresale arriba de Bangladesh, insertado en y flanqueado por Tibet/China, Myanmar y Bután, es un ejemplo fascinante de cómo los estados mentales y actitudes, combinados con visiones de la historia y la geografía intensamente competitivas e inflexibles, hacen que los problemas étnicos y demográficos sean extremadamente difíciles de resolver. El patronazgo del Gobierno Central, que es resentido, y la distancia física y emocional del territorio se han combinado para producir en la región una extraña psique de dependencia, amargura y alienación. A pesar de la aparente falta de respuestas para el futuro, es evidente que la región tiene que construir sobre su ventaja natural de abundantes recursos naturales. Mayores grados de autonomía con poderes extensos a las «repúblicas» de los pueblos, basadas en la tradición, pero con un cambio definido hacia la sensitividad de género y representación, podrían mostrar el camino hacia delante.

(13) «Mi visión de una mejor India» (My vision of a better India), N. Vittal (pp. 781-785).

India es un país rico en el que viven personas pobres, un país grande que no se da cuenta de su propio potencial. India debe construir sobre sus fortalezas y lograr su potencial para volverse una súper potencia económica con una sociedad Buena y justa. Un número de factores de actitud y estructurales, tales como falta de orgullo nacional, políticas basadas en castas y otras identidades, una sociedad jerárquica y llena de corrupción, y la tendencia a recompensar las fallas y las debilidades en lugar de los éxitos y los logros, son obstáculos importantes para que logre su verdadero potencial. Por otra parte, sus fortalezas en el manejo democrático de un país multi-étnico, multi-cultural, y en su capacidad para dominar la tecnología son también notables. El artículo sugiere pasos y esperanzadamente desarrollos que muestran el camino hacia adelante para resolver los problemas nacionales de la India y lograr la visión de una India mejor.

(14) «Papel de los intelectuales en la gobernanza» (Role of the intellectuals in governance), Bharat Jhunjhunwala (pp. 787-795).

La degradación ambiental y la falta de cohesión social tienen sus raíces en una mala gobernanza, la que a su vez tiene sus raíces en la falta de habilidad de la civilización moderna para entender la naturaleza de las diferencias en la sicología humana y su relación con la gobernanza. La clave para la buena gobernanza en el futuro descansará en vigorizar para que ‘hablen’ a aquellos individuos que han trascendido sus deseos de dinero y poder y que son capaces de tomar una visión desapasionada de los problemas teniendo como objetivo el mayor bien común. Con este propósito deben formarse múltiples redes de personas que digan la verdad.

(15) «La maldición de la cultura globalizada: la caída del cine hindú predicha» (The curse of globalised culture: the fall of Indian cinema foretold), Ashok Raj (pp. 797-809).

El cine popular indio está actualmente atrapado en un estanco marcado por dos tendencias opuestas -la declinación general en la calidad de las películas actuales que resulta en un rechazo por parte del público (como lo muestran los fracasos comerciales sin fin) y la reverencia nostálgica entre las personas hacia las películas clásicas de años atrás, que los entretuvieron e hipnotizaron con un discurso que era bonito, excitante y emocionalmente satisfactorio. Este artículo argumenta que la actual declinación en la calidad es parte y resultado de los procesos de globalización más amplios, desvinculando consecuentemente al cine de sus anteriores raíces creativas. En este contexto, presenta algunas proyecciones sobre el futuro de este cine (y televisión) y sugiere un conjunto de opciones futuras para que resucite de su actual declinación y para ayudar al medio a reinventar su gloria y relevancia social pasadas.

(16) «Futuro estratégico de India: 2025» (India’s strategic future: 2025), Sundeep Waslekar, Semu Bhatt (pp. 811-821).

Basándose en los desarrollos geopolíticos en los países vecinos de India y la respuesta de India a ellos, este artículo describe cuatro escenarios -Tormentas y fuegos; Arcoíris en el cielo; Luces y sombras; y A través del espacio. Cada escenario explora un conjunto de posibles eventos y las consecuencias derivadas de ellos. Mientras que Tormentas y fuegos está basado en el surgimiento de un fuerte sentimiento nacionalista en India frente a mayores tensiones de seguridad en la región, A través del espacio bosqueja el futuro de la visión mundial de India conformada por la actual política gubernamental de primacía de Estados Unidos. Luces y sombras está basado en una política diferenciada hacia sus vecinos -conflicto con Paquistán y cooperación con otros vecinos. Este escenario sería producto de una supremacía de los objetivos económicos, mientras que el Arcoíris en el cielo está basado en la cooperación regional como la principal fuerza guía de la política exterior de la India. Aunque eventos geopolíticos importantes en su vecindad impactarán el futuro inmediato de India, su respuesta y las fortalezas y debilidades internas determinarán su futuro de largo plazo. Es por tanto esencial para el país desarrollar una trayectoria bien pensada de sus opciones estratégicas para los siguientes 25 años.

Escrito por:

FJBS Admin