AURELIO PECCEI


Publicado en: miércoles 19, junio, 2013

PecceiA(1908-1984; Turín, Italia)
Economista, industrial. Obtuvo su licenciatura en economía en la Universidad de Turín, Italia.

Ingresó muy joven a la empresa automotriz Fiat. En 1935 una misión exitosa para la empresa en China estableció su posición en la administración de la misma. Durante la Segunda Guerra Mundial se involucró en el movimiento anti-fascista como miembro del grupo «Giustizia e Libertá». En 1944 fue arrestado, encarcelado y torturado, pero escapó y permaneció escondido hasta la liberación de Italia. Después de la guerra se dedicó a la reconstrucción de Fiat y a diversos esfuerzos por reconstruir Italia, incluyendo la fundación de la aerolínea Alitalia (1946). En 1949 fue enviado por Fiat a América Latina para reiniciar sus operaciones ahí. Vivió en Argentina durante casi diez años, estableciendo la subsidiaria Fiat-Concord para fabricar autos y tractores, misma que pronto se convirtió en una de las empresas automotrices más exitosas de América Latina. En 1957, con el respaldo de Fiat, fundó Italconsult, una empresa para-estatal de consultoría en ingeniería y economía para países en desarrollo, en la que participaban empresas italianas importantes como Fiat, Innocenti y Montecatini. Peccei ocupó el puesto de presidente hasta 1978 en que fue nombrado presidente honorario. En 1964 Peccei fue nombrado presidente de Olivetti, empresa que entonces enfrentaba serias dificultades y a la que Peccei volvió a poner en el camino del éxito (la presidió hasta 1967). Adicionalmente, en 1963 Peccei participó en la creación de ADELA, un consorcio internacional de banqueros cuyo objetivo era apoyar la industrialización de América Latina, Peccei dio la conferencia central de la primera reunión del grupo (en español). Ahí se iniciaron una serie de coincidencias que conducirían a la fundación del Club de Roma.

El discurso de Peccei llamó la atención de Dean Rusk, entonces Secretario de Estado de Estados Unidos, quien lo mandó traducir al inglés y lo distribuyó en varias reuniones en Washington. Jermen Gvishiani, representante soviético en la reunión anual de ACAST (el Comité de Ciencia y Tecnología de Naciones Unidas), leyó el discurso y decidió que debería invitar al autor para discutirlo en privado fuera de la Unión Soviética, pidiéndole a Carroll Wilson, representante de Estados Unidos en ACAST que lo contactase. Willson no conocía a Peccei, pero ambos conocían a Alexander King, entonces director general para Asuntos Científicos de la OCDE en París, por lo que Wilson le pidió a él información sobre Peccei. King tampoco conocía a Peccei, pero también estaba impresionado por la conferencia de ADELA, localizó a Peccei a través de la Embajada Italiana en París, y le escribió dándole la dirección de Gvishiani y su invitación a reunirse con él, felicitándolo por su artículo y sugiriéndole que quizá podrían reunirse alguna vez pues compartían las mismas preocupaciones. Peccei telefoneó a King y acordaron una cita para comer juntos. Desde el inicio hicieron buenas migas, y se reunieron varias veces durante la segunda mitad de 1967 y principios de 1968, decidiendo que tenían que hacer algo constructivo para estimular el pensamiento de largo plazo entre los gobiernos europeos occidentales.

Peccei convenció a la Fundación Agnelli que financiase una reunión tormenta de ideas de dos días (abril 7-8, 1968) de cerca de 30 economistas y científicos europeos en la Accademia dei Lincei en Roma, Italia. El objetivo de la reunión era discutir las ideas de Peccei y King sobre la globalidad de los problemas que enfrentaba la humanidad y la necesidad de actuar a nivel global. La reunión no fue exitosa, en parte debido a la dificultad de los participantes de centrarse sobre un futuro distante. Después de la reunión Peccei invitó a su casa a un pequeño grupo de los participantes, entre los que estaban Erich Jantsch, Alexander King, Hugo Thiemann, Laurto Gomes-Filho, Jean Saint-Geours y Max Kohnstamm. Una hora más tarde habían decidido llamarse el Club de Roma y habían definido tres conceptos principales que han formado parte del pensamiento del Club desde entonces: una perspectiva global, el largo plazo, y el agrupamiento de problemas entrelazados que ellos denominaron «la problemática». Aunque la reunión de Roma había sido convocada pensando en Europa Occidental, el grupo se dio cuenta de que estaban tratando con problemas de una escala y complejidad mucho mayor: el predicamento de la humanidad. La noción de la problemática preocupó a algunos que sintieron que el enfoque era válido sólo para entidades más pequeñas, como una ciudad o comunidad, por lo que Saint-Geours y Kohnstamm se retiraron pronto, dejando que los demás siguiesen con su programa informal de aprendizaje y debate. Así empezó lo que Peccei llamó «la aventura del espíritu», postulando que «si el Club de Roma tiene algún mérito, es que fue el primero en rebelarse contra la ignorancia suicida de la condición humana», pensando que «no es imposible propiciar una revolución humana capaz de cambiar el presente curso». Más o menos al mismo tiempo Jay Forrester dirigía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) un estudio sobre las implicaciones del crecimiento continuo sobre el incremento de la población, la producción agrícola, el agotamiento de los recursos no renovables, la producción industrial y la generación de contaminación, y ofreció al Club de Roma adaptar su modelo dinámico para manejar asuntos globales. El Club de Roma decidió apoyar el estudio y de ello se derivaría que unos años más tarde, en 1972, empleando un modelo desarrollado por Denis y Donella Meadows, publicase su famoso libro «Los límites al crecimiento», que recibió lo mismo una aclamación universal que fuertes críticas. Peccei continuó impulsando las actividades del Club de Roma hasta su muerte, siendo instrumental en el desarrollo de, entre muchos otros, el proyecto RIO (Reshaping teh International Order), encabezado por Jan Tinbergen.

En 1972 Peccei fue uno de los principales fundadores del Instituto Internacional de Análisis Aplicado de Sistemas (IIASA) en Laxenburg, Austria, que se convertiría en un lugar de encuentro para académicos y científicos de diferentes países y jugaría un papel de puente para el mundo científico, produciendo estudios importantes en diferentes campos, incluyendo el cambio climático, energía y agricultura.

En paralelo, Peccei participó en el establecimiento del Fondo Mundial de Vida Salvaje (World Wildlife Fund), del que fue miembro del Consejo Internacional.

La última reunión que Peccei organizó y en la que participó llevó el título «Desarrollo en un mundo en paz» y se realizó (diciembre 15-17, 1983) en Bogotá, Colombia, co-organizada por Belisario Betancourt, presidente de dicho país.

Peccei escribió varios libros: Ante el abismo (o El cisma por venir) (The Chasm Ahead, 1969); La calidad humana (The Human Quality, 1977); Enfrentando retos sin precedente: La humanidad en los ochentas (Facing Unprecedented Challenges: Humanity in the Eighties, 1980); Cien páginas para el futuro (One Hundred Pages for the Future, 1981); y Antes de que sea demasiado tarde (con Daisaku Ikeda, Richard L Gage y Kodansha America) (Before It Is Too Late, 1985).

Para más información véase:

http://en.wikipedia.org/wiki/Aurelio_Peccei

http://www.clubofrome.at/peccei/index.html

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